«Soy, y porque soy, me volví parte de...»

Queremos cambiar el mundo, pero nos enfrentamos a una gran paradoja. En esta etapa de mi vida, he llegado a la conclusión de que no soy capaz de cambiar el mundo, ni siquiera una parte de él. Sólo tengo el poder de cambiarme a mí mismo. Y lo fascinante es que si decido cambiarme a mí mismo, no hay fuerza policial en el mundo que pueda impedirme hacerlo. La decisión depende de mí, y si quiero hacerlo, puedo hacerlo. Pero el punto fascinante es que si yo cambio, puede ocurrir algo en consecuencia que conduzca a un cambio en el mundo. Pero tenemos miedo de cambiar. Siempre es más fácil intentar cambiar a los otros. La enseñanza de Sócrates fue: «Conócete a ti mismo», porque sabía que los seres humanos tienen miedo de conocerse. Sabemos mucho de nuestros vecinos, pero muy poco sobre nosotros mismos. Entonces, si simplemente pudiéramos cambiar nosotros mismos podría darse la posibilidad de que algo fascinante pudiera suceder en el mundo.
Espero que llegue el día en que cada uno de nosotros sea lo suficientemente valiente para poder decir, con toda honestidad: «Soy, y porque soy, me volví parte de...». Me parece que este es el camino correcto a seguir si queremos poner fin a una manera estúpida de vivir.

Manfred Max-Neef, Desarrollo a escala humana.

Entradas populares de este blog

El principio mafia